Ha pasado poco más de un siglo desde que el padre del psicoanálisis publicó la que es considerada su obra más influyente e importante “La interpretación de los sueños”, desde aquellos días hasta hoy, mucho ha cambiado y avanzado en el mundo de la psicoterapia y, con ello, mitos como el de “la terapia es para los locos” también se fueron esfumando.
En un mundo actualmente conflictivo, donde vivimos apurados por llegar a un futuro incierto, por lograr el éxito (laboral, de pareja, etc.) todo surge cada vez con más rapidez y no es de extrañar que todos en algún momento caigamos en el desánimo, la falta de sentido, la irritabilidad e, incluso, la depresión. La sociedad actual se muestra cada vez más competitiva y exigente, dejando poco espacio para poder hacer alguna pausa en nuestra vida y mirarnos por dentro para poder conectarnos con nosotros mismos, con lo que verdaderamente queremos o soñamos.
Muchas veces estamos tan sumergidos en lo que los demás esperan que seamos; y no nos damos cuenta que vamos transitando la vida, un día tras otro, olvidándonos de lo que nosotros mismos esperamos de nuestra propia existencia. Sin querer, entramos en un círculo vicioso que nos consume y nos lleva a sentir que “algo nos falta”, “algo no está bien”.
Las peleas con la pareja y la familia se hacen cada vez más frecuentes, las decepciones son más duras, el trabajo resulta una pesada obligación que solo nos lleva a acrecentar todos esos malestares y empezamos a sentirnos perdidos. En estos momentos, contar con el apoyo de una terapia adecuada es indispensable para poder encontrar ese o esos puntos que nos están quitando la energía, resolverlo y poder así reencausar nuestras vidas.
La psicoterapia se ha convertido en una herramienta más dentro de todas las que tenemos a disposición en el área de la salud. Así como una molestia física debe ser tratada para evitar que se propague y transforme en algo más complejo; la mente también tiene a sus doctores, que evitan que esos pequeños problemas terminen en grandes conflictos.
Hoy en día, la mayoría de las personas acuden a psicoterapeutas en busca de ayuda para llevar una vida más placentera, entender de donde surgen sus conflictos y solucionarlos, sin que ello signifique que están locos; todo lo contrario, recurrir a un especialista es significado de cordura, de entender que no siempre podremos resolver las cosas solos y que hay asuntos que quizá ni siquiera nosotros mismos sabemos que nos están afectando o cuánto nos pueden influir en lo cotidiano.
Así, con el paso del tiempo, la psicoterapia ha sido una gran transformadora en cuanto a calidad de vida. Ayudando a sobrellevar y superar desde grandes problemas (enfermedades alimenticias, traumas, fobias) hasta los más “comunes”, imperceptibles o cotidianos conflictos (stress, problemas de pareja, falta de interés, etc.) tanto en adultos como en niños y adolescente.
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